Hace aproximadamente una semana lo que algunos palpábamos desde hacía un tiempo en la organización, otros comenzaron a entenderlo… la victoria de la candidatura de Pedro Sánchez será posible el próximo 21 de mayo.
A partir de ahí saltan las alarmas en determinados espacios de confort y se inicia un relato desesperado para cambiar el sentido de la ola. Y se empiezan a lanzar disparatados e irracionales mensajes del tipo: “El futuro del PSOE está en peligro si gana Sánchez”, “la organización está destrozada”, “el PSOE se rompe”,… muy del estilo del “o yo o el caos”. Un mensaje, curiosamente, demasiado parecido al que, en la Campaña Electoral de las últimas Elecciones Generales, lanzó la Secretaria General del Partido Popular, María Dolores de Cospedal: “o el PP o la nada”.
No seamos ingenuos, nuestra organización -el PSOE- tiene una grave herida abierta, por supuesto (sería absurdo negar la evidencia), pero deberíamos comprender cuál fue el detonante de esta situación: sin duda el lamentable Comité Federal del pasado 1 de octubre. Por supuesto que antes de esa fecha ya sufríamos una situación ‘complicada’, pero lo que algunos se empeñan en pintar de normalidad el hecho de que “un Secretario General que pierde una votación, dimite”, esconde en realidad, un retorcido plan diseñado con todo detalle para conseguir un objetivo claro: la abstención del PSOE para posibilitar un Gobierno del PP.
Dicho de otro modo, se buscaba silenciar la voluntad de cinco millones y medio de votantes socialistas, para permitir con nuestra abstención, un nuevo Gobierno de Mariano Rajoy. Algo que ocurrió pocas fechas después: un fatídico 29 de octubre.
Como la verdad, tarde o temprano (en este caso de manera inmediata) sale a la luz, pese a que algunos lo han intentado, no se puede cambiar la verdad, aunque se pretenda matizar el relato, confundir con medias verdades, o distraer con fuegos de artificio.
Una parte importante de la militancia se siente engañada y traicionada, sigue sin comprender cómo su PSOE ha permitido un gobierno manchado de corrupción -antes y ahora-, un gobierno conservador que ha legislado contra los derechos de la clase trabajadora, un gobierno de derechas que ha atacado el corazón del Estado de Bienestar que tanto costó construir en nuestro país. Y quien pensó que el tiempo ayudaría a calmar el dolor militante, se equivocaba, como la paloma de Rafael Alberti, se equivocaba…
Por todo ello, nuestro partido vive uno de los momentos más difíciles y traumáticos de sus 138 años de historia. Pero aprendiendo de nuestros errores, y poniendo los intereses comunes por encima de las ambiciones personales, conseguiremos iniciar el camino de la recuperación y comenzaremos a cerrar las heridas. Con respeto, con empatía, entendiendo que todos y todas debemos ser protagonistas del cambio y renacer de nuestro Partido, estoy segura de que lo conseguiremos.
El mensaje del miedo, tan propio de la derecha, inicialmente bloquea, paraliza, asusta, frena… Pero sobre todo nos hace más valientes. Y cuanto más grande es el miedo, más grande es la recompensa al vencerlo. Así que, sigamos construyendo un camino de esperanza.
Los casi 200.000 afiliados que tenemos en nuestra mano, en nuestro voto, el futuro de nuestro Partido, queremos demasiado al PSOE para dejar que muera, para dejar que nos lo maten. Nuestros abuelos, nuestros padres, nuestros hijos no nos lo perdonarían… Nosotros mismos no nos lo perdonaríamos.
Y es que, tengo claro que, quienes dicen que el PSOE está herido de muerte, no han asistido en los últimos meses a ningún encuentro de las Plataformas de Apoyo a Pedro Sánchez. En ellas se respira la ilusión, la esperanza y las ganas de trabajar como socialistas. Las Plataformas, sin aparatos que las sostengan, han recuperado el sentido de la palabra ‘Militante’, y el próximo domingo 21 de mayo conseguirán, conseguiremos, un Partido Socialista que pueda decir, sin ambages, a nuestros votantes: “aquí está la izquierda” y estamos a vuestro lado.
Iratxe García
12 de mayo de 2017