La pandemia de COVID-19 ha sido el empujón que necesitaba Europa para darse cuenta de la importancia que es trabajar unidos y de forma coordinada. “Al principio de la crisis vimos cómo la UE no tenía mecanismos para dar respuesta a la emergencia sanitaria y se desató una carrera entre los países para comprar mascarillas, EPIs, respiradores o medicamentos”, señaló Iratxe García, eurodiputada y presidenta del grupo de S&D en el Parlamento Europeo, en el evento online ‘Por una UE de la Salud fuerte e inclusiva’ organizado por su grupo de S&D.
A pesar de los desencuentros y el caos inicial, poco a poco se han producido cambios en la Unión Europea. Y esto es lo que quiso destacar Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea (CE). “Al principio Europa se encontraba en una gran crisis de estancamiento: la incapacidad de Europa a la hora de avanzar. Pero había algo que estaba cambiando en las instituciones europeas”, declaró la presidenta.
Von der Leyen destacó que se deben aprovechar las oportunidades que nos da la crisis, mejorar y aprender de los errores. “Hemos de contar con iniciativas europeas. Dos de cada tres europeos dicen que la UE debería ser capaz de lidiar con emergencias sanitarias; yo opino lo mismo”, afirmó. Y puso énfasis en que la creación de una UE de la Salud es el siguiente paso que dar para conseguir “una Unión más sólida”.
En igualdad de condiciones
Para ello, instó a la unidad e igualdad entre los Estados miembro. “Hablamos del enfoque de una salud única e integral. Al plantarle cara a la pandemia, todos los países europeos deberán estar preparados igual, con las mismas condiciones. Es por eso que queremos avanzar con esta Unión sanitaria. Aunque la salud es una competencia nacional a nivel de los Estados, hay mucho más que podemos hacer a escala europea aprovechando el potencial que ya hay en nuestros tratados”, argumentó Von der Leyen.
De este modo, según explicó la presidenta, la nueva UE de la Salud deriva en tres conjuntos de iniciativas:
- Más preparados y con una mejor respuesta.
- Realizar la función desempeñada por las agencias europeas y darles mayores competencias.
- Tener una UE sanitaria que vaya más allá de las emergencias.
Resiliencia del sistema sanitario
Para Salvador Illa, ministro de Sanidad de España, que también estuvo presente durante el encuentro, Europa va por buen camino. “La estrategia europea sobre las vacunas es un primer paso hacia adelante. Reforzar las capacidades de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), y del Comité de seguridad sanitaria, sería el siguiente paso para reforzar las políticas comunitarias europeas de la salud”, aseguró.
A pesar de la presión que la COVID-19 ha ejercido sobre UCIs y hospitales, el ministro considera que el sistema sanitario europeo ha respondido “bastante bien” a las necesidades de la población y “ha resistido bastante” considerando la envergadura de la pandemia.
Illa propuso establecer estándares europeos considerando las diferencias entre los países miembro. “Sería de gran ayuda para poder ayudar a todos los países a estar mejor preparados para enfrentarse a posibles futuras pandemias”.
Aumentar el presupuesto sanitario
El ministro hizo hincapié en que se debe mejorar la inversión y aumentar los recursos en los sistemas sanitarios, no solo para un futuro inmediato, sino a medio plazo: en cinco o diez años. “También me gustaría ver que se aumentara el presupuesto europeo para los sistemas sanitarios”, aseveró.
“Hemos de recuperarnos de los años de austeridad de forma progresiva y mejorar la financiación de nuestros sistemas sanitarios”
De hecho, indicó que se respondió a la crisis de 2008 con “una serie de respuestas de austeridad que han demostrado no ser eficaces”. Y es en la manera de respuesta donde radica una de las principales diferencias entre esta crisis pasada y la actual de la COVID-19. “Ahora hemos cambiado y tenemos una respuesta europea más solida a nivel sanitario pero también a nivel financiero”, apuntó Illa. Y recordó que contamos con unos paquetes europeos de inversión coordinados entre los distintos países.
“Se ha demostrado que la austeridad socavó y destruyó nuestro sistema sanitario. Podemos decir que hemos aprendido del pasado. Hemos de recuperarnos de esos años de austeridad de manera progresiva e ir mejorando año por año en la financiación de nuestros sistemas sanitarios”, concluyó.
Resiliencia en Salud Mental
La pandemia no solo se ha reflejado en las complicaciones en UCIs y hospitales. La ministra de Sanidad de Suecia, Lena Hallengren, hizo hincapié en los efectos a largo plazo. Y no solo se refirió a problemas físicos, sino también psicológicos. “Tenemos que ayudar desde la perspectiva emocional, no solo del lado económico”, dijo la ministra.
“Las enfermedades mentales están al alza y hay que ver cómo reducir el impacto en Salud Mental”, insistió. A su juicio, el confinamiento ha hecho mucho daño, pues “cuando las personas están en casa, no necesariamente están en una casa segura”. Explicó que, en ocasiones, para mujeres o niños el hogar es precisamente un lugar no seguro y por eso poder salir a la escuela o al trabajo es lo que les mantiene protegidos.
“Hay que ver cómo reducir el impacto en salud Mental y ayudar desde la perspectiva emocional, no solo desde la económica”
Resistencia microbiana
Otro de los aspectos de la pandemia que le preocupan a Hallengren y que repercuten en la población de manera no tan directa, es la resistencia a los antibióticos. “Puede tener consecuencias muy graves sobre la salud y podría afectar a la apertura de las fronteras”, señaló.
“Si no tratamos estas cuestiones ahora tendremos problemas en los sistemas sanitarios”, advirtió, aunque afirmó que “cuando colaboramos en la UE, podemos salir mejor”. “Tenemos mucho que aprender durante esta pandemia para mejorar nuestros sistemas de salud”, sentenció la ministra sueca.
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