La eurodiputada Iratxe García lamenta que aún «sobren las razones» para convocar una huelga de mujeres
«Yo paro», cuenta convencida la vallisoletana Iratxe García, eurodiputada socialista que el año pasado protagonizó una de las mayores escenas vividas en el Parlamento Europeo en la lucha por la igualdad. García se encaró con el eurodiputado polaco Janusz Korwin-Mikke, conocido por sus comentarios racistas y sexistas, quien dijo que las mujeres «deberían ganar menos porque son más débiles y menos inteligentes». Un año después, García lamenta que comentarios como este sigan enraizados en sectores de la población europea, y que eso venga acompañado, además, de hechos. De brecha salarial, de zancadillas para el ascenso laboral, de violencia contra las mujeres. «Por eso, yo paro», dice Iratxe García, «porque sobran las razones».
-Digamos algunas.
-En Europa las mujeres cobran menos salario, y como consecuencia de esa brecha salarial, también cobran luego menos pensión. Paro porque las mujeres tienen más dificultades para la conciliación. Porque en el mundo hay mujeres presas en cárceles por abortar. Paro porque hay mujeres que están siendo asesinadas por sus parejas. Por esas razones yo paro y volveré a trabajar el viernes para conseguir que todo esto no suceda.
-¿Qué se puede hacer desde Europa?
-Hay diferentes ámbitos. La violencia de género, que las mujeres estén siendo asesinadas por el hecho de ser mujeres, es la mayor lacra social que existe en estos momentos en el mundo. Es importante que desde Europe se aumenten las políticas en este sentido.
-¿En qué línea?
-Llevamos toda la legislatura trabajando con la ratificación del Convenio de Estambul, que obliga a los países que lo adoptan a incluir en sus legislaciones leyes que favorezcan a las mujeres víctimas de violencia de género, con medidas de prevención, intervención y tipificación del delito.
-¿En qué punto se encuentra ahora?
-Una veintena de países ya lo han ratificado, España incluido. Pero ahora intentamos que haya una adhesión europea. Eso sería el paso inicial para una directiva europea contra la violencia de género.
-Más.
-También es muy importante la conciliación de la vida familiar y laboral. Las mujeres llevamos toda la vida conciliando, lo sabemos hacer perfectamente. Lo que necesitamos ahora es que estas medidas de conciliación posibiliten la incorporación también de los hombres a las tareas del cuidado de los hijos, de las personas mayores… Para eso es necesaria una oferta fuerte de servicios públicos de atención a los dependientes y a la infancia para que la mujer pueda incorporarse en el mercado laboral en igualdad de condiciones.
-La Comisión ha explicado el deseo de fomentar el uso de fondos europeos para la construcción de estos servicios.
-Sí, sí. Sería la inclusión en la política de cohesión de la perspectiva de género, en los fondos de desarrollo local o regional. El objetivo del Fondo Social Europeo es la incorporación en el mercado laboral de aquellos sectores que tienen más dificultades y sin duda las mujeres estamos en unos índices de empleabilidad muy por debajo de la de los hombres.
-¿Qué se hace para ello desde Europa?
-La Comisión Europea hizo el pasado año una propuesta en materia de conciliación, con la directiva de los permisos parentales.
-¿Eso qué es?
-Europa plantea un permiso (a mayores del que cada país ya tiene de paternidad o maternidad) de cuatro meses, pagado íntegramente, para el cuidado de los hijos y de las hijas y que sería independiente e intransferible. Esto es fundamental, porque si no, se puede convertir en ocho meses de permiso para la mujer. La diferencia es que el de maternidad y de paternidad hay que cogerlo en el momento en el que se tiene el hijo. Este nuevo permiso parental se podría disfrutar en cualquier momento, en función de las necesidades familiares, antes de que el hijo cumpla doce años.
-¿Cuándo entraría en vigor?
-En el Parlamento Europeo ya estamos trabajando en esta propuesta, que hemos acogido muy favorablemente. Pensamos que a lo largo de este año, en otoño, podríamos tener una posición del Parlamento y nos podríamos sentar con el Consejo. ¿Qué pasa?
-A ver…
-Pues que tenemos nuestras dudas de que el Consejo no tenga ya una minoría de bloqueo para rechazar esta propuesta. Por lo tanto, volveríamos otra vez al dilema de siempre.
-Que es…
-Los Gobiernos nacionales bloqueando las iniciativas europeas.
-El Parlamento también ha propuesto normativa de cuotas en los consejos de administración de las grandes empresas.
-Eso también está bloqueado. Este Parlamento ya ha votado su posición a favor de esta directiva. El problema es que no hemos podido negociar con el Consejo porque no quieren sentarse. Pero yo, como socialista, y este Parlamento estábamos de acuerdo en plantear esta cuestión en la legislación europea para que luego se traslade a la de los países.
-¿Cuál es el objetivo de esta directiva?
-Buscar un equilibrio. Lo ideal sería que no se necesitara desde la política impulsar ningún tipo de instrumentos como el de las cuotas. Pero solo a través de ellos podremos avanzar en que haya una igualdad real. Hay quien está en contra de las cuotas (lo respeto, pero no lo comparto) y dice que la que vale, vale. Yo me niego a pensar que donde no hay ninguna mujer es porque no hay ninguna mujer que valga. Eso evidencia que esta sociedad no es igualitaria y que hay más trabas a las mujeres para estar en aquellos espacios de representación política, económica o social. El objetivo es que las cuotas no sean necesarias, pero hay que adoptarlas mientras la realidad nos evidencie que somos el 50% de la población y no estamos en ese mismo porcentaje representadas en determinados espacios.
-¿Qué piensa cuando el presidente de un Gobierno, en este caso el de España, piensa que mejor no meterse en un debate como el de la brecha salarial?
-Es bastante preocupante. Yo me meto. Y por eso hacemos frente a discursos como los que hemos encontrado también aquí en el Parlamento Europeo. Todavía aquí hay diputados que piensan que las mujeres somos más débiles, menos inteligentes y que, por lo tanto, por eso tenemos que cobrar menos. Son tantas las evidencias del trabajo que queda por hacer…
-Hace casi un año plantó cara precisamente a un eurodiputado polaco por declaraciones sexistas como esas.
-Y en este año en el Parlamento Europeo las mujeres hemos alzado la voz. Ha habido un movimiento de denuncia contra el acoso laboral. Nos hemos sumado a la acción mundial del #metoo. Pero es que el propio diputado polaco, cuando debatimos sobre despoblación en el medio rural , dijo que el origen del problema era que a las mujeres nos había dado por salir a trabajar y no tener hijos.
-Hay que trabajar también la igualdad en ese medio rural.
-Claro. Sobre todo hay que tener en cuenta la masculinización de nuestros pueblos. Cuando visitas los pueblos y hablas con la gente, te dicen que en el momento en el que se van las mujeres jóvenes, sabes que ese pueblo está abocado a la desaparición. Así que hay que tomarse en serio las políticas de fijación de población y de servicios públicos en el medio rural para que las mujeres tengan igualdad de oportunidades (también en los pueblos) y decidan dónde quieren vivir. Si no, estaremos abocados a la desaparición del territorio.
-Hay evidencias del repunte de actitudes machistas entre los jóvenes.
-Es preocupante. Y nos demuestran que en educación hay mucho que trabajar. Porque hay jóvenes que tienen comportamientos posesivos y machistas hacia sus amigas o sus parejas, que se aferran a los roles masculinizados y piensan que hay tareas para las niñas y los niños. La educación también es vital para acabar con esto.
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