En declaraciones a los periodistas tras presentar en la universidad de Valladolid el informe sobre despoblación que defendió y aprobó recientemente, con las correspondientes enmiendas, el parlamento europeo, ha incidido en la importancia de la población inmigrante para volver a dar vida, para «repoblar» a Europa, aunque eso requiere de políticas de integración y estrategias locales claras para que no tenga efectos no deseados.
García ha estado acompañada por el profesor de Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid Ignacio Molina, uno de los expertos con los que ha contado la eurodiputada socialista a la hora de concretar la propuesta sobre despoblación que llevó al parlamento europeo.
La eurodiputada ha recordado que aunque ahora se trata de un problema que afecta en general a España, y especialmente a los países del sur y el este de Europa, es un reto que se lleva abordando en Castilla y León desde hace varias décadas.
Tanto es así que la sala de la facultad de Filosofía y Letras donde ha explicado García su propuesta lleva el nombre de un catedrático de geografía, Jesús García Fernández, que abordó la despoblación en los años 70, ha referido Molina.
El profesor de la Universidad de Valladolid, que colabora con la Federación Española de Municipios y Provincias para aportar soluciones al problema de despoblación nacional, ha incidido en que se debe abordar el asunto de forma amplia, ya que hay zonas que aunque no tienen despoblación tienen problemas de envejecimiento, de baja natalidad o de pérdida de población joven.
Por ello, la definición del mapa de espacios con bajo desarrollo demográfico que debe hacer la UE debe partir de análisis muy técnicos, con muchas variables y muy localizados.
García, que contará con la aportación de Molina a la hora de avanzar en la propuesta sobre despoblación aprobada por el parlamento europeo, ha explicado que Europa está concienciada del problema aunque no aparezca en primera página, ya que el 80 por ciento de su población vive en el 20 por ciento del territorio.
Tras la aprobación de la propuesta, ahora se trata de que en 2018 ese «informe de iniciativa» se tenga en cuenta en el desarrollo de los fondos estructurales y el nuevo marco presupuestario.
La resolución no legislativa del parlamento europeo busca enfrentar los desequilibrios demográficos en los territorios europeos y reclama una mejora en la coordinación de las políticas y los fondos estructurales.
Propone un cambio de criterios para la distribución de los fondos estructurales, que actualmente se basan en el PIB de las regiones, para que se tengan en cuenta criterios que no sean exclusivamente económicos.
Pero también, a la hora de afrontar la despoblación pesa la imagen social que se tiene del medio rural, que debe ser atractivo para que los jóvenes se asienten y fijar población, han compartido García y Molina.
EFE
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